En el ámbito del comercio y la logística internacional,se cuenta con una herramienta que facilita la gestión aduanera y brinda importantes ventajas a importadores y exportadores. Estamos hablando del almacén fiscal. Este espacio, que se ubica cerca de puertos y aeropuertos, permite a las empresas optimizar sus operaciones y ser más competitivas.
¿Cuál es la función del almacén fiscal en la gestión aduanera?
El almacén fiscal es un establecimiento aduanero debidamente autorizado para almacenar mercancías sin el pago inmediato de impuestos. De esta forma, los importadores y exportadores pueden retrasar el pago de gravámenes hasta que se realice el retiro de la mercancía del almacén y su despacho al destino final. Gracias a que existe flexibilidad en el pago de aranceles, se libera capital de trabajo y mejora la liquidez de las empresas.
Ventajas fiscales para importadores y exportadores
El diferimiento del pago es quizás la ventaja más relevante, sin embargo, no es la única que traen consigo los almacenes fiscales y que benefician a los operadores logísticos, sino que también permite a las empresas optimizar sus flujos de efectivo y mejorar la eficiencia de sus operaciones.
Por ejemplo, los importadores pueden fraccionar y reorganizar sus envíos dentro del almacén sin pagar derechos de importación adicionales. Por su parte, los exportadores pueden almacenar sus productos y beneficiarse de la exención de impuestos a la exportación hasta el momento del despacho.
Regulaciones y procedimientos de almacenamiento
Los almacenes fiscales se rigen por estrictas regulaciones aduaneras y de seguridad. Es necesario que los operadores cumplan con diferentes requisitos, entre ellos, la presentación de garantías, la designación de un responsable del almacén y la implementación de medidas de control y vigilancia.
Esto con el fin de garantizar la trazabilidad de las mercancías y evitar el desvío de productos hacia el mercado local sin que se paguen los impuestos que correspondan.
Seguridad y control de inventario
Estos establecimientos aduaneros están equipados con sistemas de videovigilancia, controles de acceso y personal capacitado con el fin de asegurar la integridad de las mercancías.
Además, los operadores mantienen un registro detallado de las entradas, salidas y movimientos de los productos, para facilitar el seguimiento y el control de los inventarios.
Servicios adicionales y valor agregado
El almacenamiento y gestión aduanera son las funciones primordiales de todo almacén fiscal, pero existen algunos que ofrecen servicios extra que agregan valor a la cadena logística.
Los más comunes son: etiquetado, empaque, embalaje, clasificación y consolidación de envíos, entre otros. Estos servicios adicionales permiten a los importadores y exportadores optimizar sus procesos y adaptarse rápidamente a las necesidades cambiantes del mercado.
Ubicación estratégica y conectividad logística
Los almacenes fiscales tienen una ubicación estratégica, normalmente cerca de instalaciones como puertos y aeropuertos, así como de fronteras y vías de transporte principales. Gracias a esto, se pueden aprovechar las ventajas de la intermodalidad y ofrecer una logística más fluida y eficiente a los clientes.
La cercanía a los puntos de entrada y salida del comercio internacional facilita el movimiento de las mercancías, reduce los tiempos de tránsito y minimiza los costes logísticos. En otras palabras, la ubicación de estos recintos es fundamental para su eficacia en la cadena de suministro.
¿Se puede almacenar todo tipo de mercancía en un almacén fiscal?
No se puede almacenar todo tipo de mercancías en un almacén fiscal. Existen restricciones y limitaciones sobre los productos que pueden ser almacenados.
Hay mercancías completamente prohibidas, como es el caso de estupefacientes, armas, explosivos y otros artículos considerados peligrosos o ilegales. También, se habla de mercancías restringidas que, si bien no están del todo prohibidas, requieren de permisos, licencias o autorizaciones especiales para poder ser almacenadas. Esto incluye productos químicos, entre otros.
De igual forma, es posible que no se permita almacenar relojes, artículos de jade, marfil, coral y ámbar. Así como piedras preciosas, por ejemplo, diamantes, brillantes, rubíes, zafiros, esmeraldas y perlas naturales.