Obtener una buena nota en la selectividad es crucial para optar por una carrera universitaria adaptada a los intereses del alumno. Para ello, claro está, hay mucho trabajo por hacer, mucho estudio y mucha práctica.
Cada alumno conseguirá, con total seguridad, el método que mejor se adapte a su forma de estudiar, de practicar y de dominar cada uno de los temas que están en la prueba de selectividad. Pero hay uno, sin duda, que está entre los más recomendados por lo fieles que son a la prueba real: prepararse utilizando exámenes de Selectividad de años anteriores.
Encontrar y familiarizarse con los exámenes de años anteriores
Para suerte de muchos alumnos, hay sitios web en los que hacen un recuento de todos los exámenes que han salido para la selectividad, año tras año, dependiendo de la Comunidad Autónoma. ¿Funciona? Desde luego, pero tiene sus matices.
Es necesario reconocer que a pesar de que los exámenes, sobre todo si se enfocan desde la perspectiva de que las asignaturas poco o nada varían, tendrán una misma base y un mismo formato, pueden variar bastante en cuanto a los contenidos.
Por eso, siempre es importante apuntarse a cursos de selectividad intensivos, extensivos o hasta en plataformas online que brindan conocimientos sobre las asignaturas en las que se tengan mayores debilidades, pero los exámenes de años anteriores pueden servir, desde el principio, para adecuarse al formato, a la cantidad de preguntas, al tiempo estimado para contestar, y eso ya puede ir poniendo al alumno en el contexto adecuado para saber manejarse al momento de presentar la prueba.
Practicar y analizar el rendimiento con exámenes anteriores y tests
La preparación teórica, la memorización de grandes bloques de textos, el dominio de conocimientos profundos, no servirá de nada si no se practica con eso. Por eso, utilizar los exámenes de años anteriores para realizar tests o pruebas en un entorno más realista puede hacer que los alumnos midan su progreso de manera óptima.
De hecho, hay buenos ejemplos a considerar dentro de las alternativas educativas para la selectividad. Formació Miró, academia de preparación de Selectividad, utiliza dentro de sus modalidades de estudio la realización de tests basándose en pruebas de años anteriores, con la ventaja que desde el mismo lugar se pueden analizar los resultados, los tutores pueden evaluar los progresos, las fortalezas y debilidades, y a partir de allí trabajar en el estudio y la práctica de esos temas que pudiera no estar siendo dominados en su totalidad.
No basta únicamente con exámenes de años anteriores
Al principio se decía que cada alumno encontrará esos métodos de estudio donde se sienta más cómodo. Utilizar exámenes o recursos oficiales de años anteriores es sólo uno de los tantos métodos válidos para prepararse para la prueba de la selectividad, pero claro está que no es el único.
- Hacer repasos: no sería la primera vez que algún alumno falla porque contesta bien en todos los temas, menos en el que creía que tenía dominado de antemano. Por eso, hacer repasos con frecuencia a todas las asignaturas, incluidas las que “se dominan”, puede evitar males mayores para el momento de presentar la prueba.
- Utilizar plataformas de excelencia: siempre vale la pena, por ejemplo, apuntarse a un curso en Formació Miró para recibir ayuda por parte de profesores expertos en las distintas asignaturas que aparecerán sí o sí en la prueba. Se cuenta con recursos en vídeo, con tutorías individualizadas, con ejercicios, tests y muchas otras formas de aprender; aparte del lujoso detalle de que se hace en compañía, donde es más fácil evaluar los progresos.
Reconocer que es un camino largo: por lo general, se deberían tomar unos 3 o 4 meses para prepararse para la selectividad. Por ello, hay que planificar un camino en el que habrá días en los que se cumplan objetivos, pero éstos no sean notables. Es necesario reconocer eso para no sentir frustración y poder motivarse día a día.